Alma mía,
¿quién eres y qué haces
en este mundo tan misterioso y extraño?
donde el poeta camina con la cabeza baja,
pisando su propia risa
y su propio llanto;
enséñame tus adentros,
que pueda ver la belleza que hay en ti
y morar en tu centro,
que pueda caminar
al impulso del momento
libre como el viento,
y mudo como el tiempo;
seguro en tu soledad,
por encima de las cosas
y en armonía universal.
No quiero saber nada
de lo que el mundo me enseñó,
pues era vano
no quiero saber nada,
porque es engaño,
las verdades que me enseñó,
eran falsas aunque cómodas,
pero producen dolor;
no quiero saber nada,
ya que lo que sé,
me ata.
2 comentarios:
Me gusta como escribes, gracias por dejar tu huella en mi blog, lo que me ha permitido descubrirte y leerte.
Encantada de conocerte
Gracias a ti por pasar por aquí. un saludo
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