El espíritu comenzó a hablar
con el lenguaje del sentimiento
y salió un poema que voló sobre el viento,
lo vi sin mis ojos,
lo oí sin mis oídos,
lo toqué sin mis manos,
y se fue mezclándose con el éter...
Era un poema muy bello,
que todavía vuela por el firmamento
de lo no expresado en palabras...
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