Somos hijos del ayer
y los padres del mañana,
el tiempo nos acompaña
hacia un nuevo amanecer.
De la tierra pasajeros,
aprendices de la vida,
también somos los obreros
de la tierra prometida.
Somos hombres y mujeres,
que fueron niños y niñas,
no nos perdamos en riñas
ni otros muchos menesteres.
Sembremos, en el presente,
semillas de amor preñadas,
sembremos, entre la gente,
mil caricias delicadas.