Ser de paz y de luz

Tus pisadas no son huellas

sino estelas luminosas,

y el polvo que hay en tu senda

son partículas de estrellas

conformando nebulosas,

que ascienden como luciérnagas.

El camino tras tus pasos,

se convierte en Vía Láctea;

 la suela de tus zapatos,

con cometas libres baila;

el universo te alaba

al alejarte despacio...

Vuelan cometas

El sol con resplandor constante

se escabulle entre nubes ralas,

alejando las sombras malas

con sus rayos de luz amante.

Libélulas, añil brillante,

dotadas de doradas alas,

portando sus mejores galas,

coquetean con el instante.

Mariposas de seda rosa,

pintadas con sabor de sueños,

junto a pajarillos  pequeños,

vuelan con actitud curiosa.

¡Sobrevuela el amor, cometa!

¡Sea la libertad tu meta!

Embebido de verso (Homenajeando a Juan de la Cruz)

Me adentré por mi universo

con un talante veraz

y, en un instante fugaz,

me vi embebido de verso.

Degustando del buen vino

de mi más íntima esencia,

me embriague con su presencia,

alegrándome el camino;

 en esa ebriedad inmerso,

de pronto me sentí audaz

y, en un subidón fugaz,

me vi embebido de verso.

Continué el viaje interior

por senderos de colores,

recogiendo de las flores

florecidas del amor

que afloraba en mi universo,

queriendo vivir en paz;

y, en esta vida fugaz,

me vi embebido de verso.

Camino

 Camino tras las huellas de los hados

impenetrables, tras las voces mudas 

que proclaman retóricas desnudas

de palabras y versos maquillados.

Me voy tras mis silencios más amados,

donde habitan los ecos de los Budas,

muy lejos de los miedos y las dudas

vacías de escenario y decorados.

Camino, corro, vuelo hacia la nada

repleta de optimismo, renovando

cada paso en la senda mientras ando,

cada vereda siempre improvisada.

Camino descubriendo mi destino,

camino por el  centro del camino.

En la noche silente…

En la noche silente, cuando el mundo

duerme, cuando titilan las estrellas

con brillos de colores, cual centellas

palpitantes, me siento, en un segundo,

inmerso en el misterio y, vagabundo

con mis sueños, siguiendo voy sus huellas;

embriagado de tantas cosas bellas,

me invade un sentimiento muy profundo

de ínfima inmensidad unificada,

de ser parte consciente de esa vida,

de ser parte del todo y de la nada.

La luna pareciera estar dormida;

meciéndose en su cuna plateada,

se refleja en el mar, en paz sumida.

Inocente (Con un buen abogado...)

No lo mató, señoría,

cayó sobre la navaja

que el inocente acusado,

sin intenciones, llevaba.

Su cartera la cogió

para que no se manchara

con la sangre que salía

de dentro de su garganta.

Es cierto que huyó corriendo,

fue a llamar a una ambulancia,

mas se perdió por las calles,

acabando en la gran plaza,

en donde fue detenido

con la navaja y la pasta,

y puesto en una prisión

por agentes de la guardia.

Yo creo que la sentencia

es evidente y es diáfana,

no hay culpa en esta persona

ni pruebas en la balanza,

y al testigo que lo vio

se le cayeron las gafas.

Convencido y convertido

Con vencido propósito llegué,

mas convencido voy hacia adelante;

con vertido de paz y buen talante,

me he convertido a mí mismo a mi fe.

Miré nuevo a la izquierda, ya sin cero,

evaluando mi propia dignidad,

pero, haciéndole honor a la verdad,

mi renuevo crecía ya sincero.

Con batir alas rotas no se vuela,

preciso es repararlas para el vuelo;

combatir a las llagas con ungüentos.

Lava lanza el amor, lanza candela

que sube flameando y baja al suelo.

La balanza equilibra sentimientos.