Abracadabra, la cabra
macabra...; echando la pócima
en una negra caldera,
salmodia una maga loca
sus conjuros mal versados;
malversando la muy boba
los talentos que en la Liga
le confió la Profesora.
Abracadabra..., con voz
de serpiente, ella se mofa
y muestra, al reírse, su único
diente: "Di, ente,—burlona
le dice a un ente demente,
de mente menesterosa—,
háblame, dime si has visto
brujas volando en escobas
por los cielos virtuales
de internet, cual negras sombras,
asustando a los poetas,
a los que a retos convocan"...

Yo soy...

Yo soy esa presencia que te habita,

sin nombre ni lugar de nacimiento,

no llega a concebirme el pensamiento,

pues mi naturaleza es infinita.

Soy la voz del silencio que te grita

tratando de tocar tu entendimiento,

de tu hambre vengo a ser el alimento,

soy son de la palabra nunca escrita...

No hay nada que me pueda descifrar,

pero descifro todos los enigmas,

soy la fuente que riega tu saber.

Si quieres tras mis pasos caminar,

te invito a conocer mis paradigmas,

mis huellas imprimidas en tu ser.

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El verso

El verso es la palabra armonizada

cantándole a la vida y a la esencia

de las cosas; sensible inteligencia

emocional, de mágica mirada,

que penetra el sentir con delicada

visión y sabio don de transcendencia.

Es el arte del ritmo y la cadencia

recorriendo el papel; vibra sagrada

que inspira al corazón de algún poeta,

dispuesto a pregonar con su lirismo

los mensajes que lleva en la maleta.

Lo mismo se reviste de erotismo

que se va tras la estela de un cometa,

o te prenda con su romanticismo.

El alimento de los esenios

¡Empapa este grano con tu ser Ángel del agua,

derrama tu espíritu de lluvia y rocío,

que con suavidad germine!

Acarícialo con tus alas Ángel del viento,

evapora con tu aliento las gotas

condensadas, que le incuban dentro.

Ya está preparado Ángel del Sol,

ya está molido y amasado,

caliéntalo con tus rayos, 

con caricias de amor dale tu bendición, 

y tras esa cocción que nos sirva de alimento.

Gracias a ti Inanna

por este pan ácimo,

que alimenta nuestro cuerpo

y eleva nuestro ánimo.

No hay mejor manjar 

que el alimento del cielo

en la mesa de la Madre.

Sin necesidad de sembrar

semillas en el suelo,

regala sus frutos sanos y originales.

Miedo

A veces del miedo la razón no sé,

ignoro por qué se nos mete dentro,

helando emociones en el mismo centro

del latir, ciñéndonos el ser cual corsé..

A veces arañan sus garras la fe,

rasgando certezas en el epicentro

de las conclusiones, y ocurre el reencuentro

con la duda gris, que sigue de pie.

Cadena invisible de eslabones fríos

que nos une, muda, con viejos espantos

errantes, que vagan lentos y sombríos.

Se apagan las risas, se encienden los llantos,

rechinan y crujen los escalofríos;

bravíos temores de los camposantos.

Paisaje otoñal

Va suspirando el arrollo,

sintiendo la desnudez

de los árboles y arbustos

que miran su curso fiel;

entre un tapiz de colores

tejido en la madurez

del otoño, que  se aleja

mientras deja su embriaguez…

Duda

La duda se introduce por mi mente

y en mi mente se olvida la certeza,

la certeza perdida en la tristeza,

tristeza que atenaza mi presente.

Me dejaré llevar por la corriente

en busca de un remanso de franqueza,

donde pueda agarrarme con firmeza

y así poder llegar a lo evidente.

A veces yo naufrago con la fe

y nado sobre un mar de incertidumbre,

voy sin rumbo, ni guía, ni timón.

A veces no vislumbro ni un porqué,

ni una luz en la niebla que le alumbre

el camino al perdido corazón.

Soy un gran poeta (?)

Soy un poeta genial,

participo en muchos grupos,

y es que trabajo el poema,

y es que el verso me lo curro

con retóricas figuras

y un bello lenguaje culto.

Jugando en poéticos retos,

en verdad, se aprende mucho,

la pluma adquiere destreza

y se mejora el discurso.

Mas me como mi poesía,

ya que no gano ni un duro,

y paso el tiempo versando

sin atender mis asuntos.

Me desayuno los versos,

pues me salen como churros,

jalo sonetos y liras

y algún relato menudo

que voy picando entre horas.

¡Soy un gran poeta!... ¡Iluso!

Fuego de amor

La esencia.

Me voy

Me voy tras el vestigio del silencio

que habita entre las notas de mi vida,

con los bolsillos llenos de boquetes

que aligeran el paso hacia la nada,

donde todo confluye y se renueva.

Me voy sin poesía ni canciones,

desnudo de etiquetas y artificios,

sin rimas ni poemas melodiosos,

sin prosa ni lirismo apasionado.

Me llevo las cenizas de ave Fénix,

que es todo lo que tengo aquí y ahora...

Mas, amor, tú me esperas y lo sé.

Nana de la luna

Canta la vieja luna

su triste nana

a las nubes que mecen

mi pena blanca;

nana, tus notas,

de nacarado encanto,

arrullan olas.

La cana espuma lleva

ligeras voces

en sus alas de viento,

sin que se note.

Vuelan simientes

de sueños esmeralda,

que en mí se meten.

El mar azul cobalto

ruge misterio,

va pintando la brisa

un bello lienzo.

Las caracolas

cuentan recuerdos hondos

a mi memoria.

Llora la noche lágrimas,

vidriosos brillos;

son estrellas errantes,

diamantes vivos

que por el cielo

van dejando la estela

de mis anhelos.

El cazador Orión

lanza sus flechas;

por los prados del cielo

cruzan cometas;

llevan mensajes…,

mis íntimos deseos

van de viaje.

Me pierdo

Me pierdo...,
me pierdo en la naturalidad del ser,
más allá de formas y etiquetas,
más allá de la imagen
y la apariencia,
donde reside lo espontáneo,
donde el corazón vibra
sin viejos ropajes,
donde soy vida sin trajes, sencilla,
con los colores del arcoíris
y la música del amor.
Me pierdo, no quiero saber,
solo unirme a la esencia
bañado por su querer.
Me pierdo,
más allá de la estética,
en el elixir informe
de la consciencia.
Me pierdo y no quiero volver.