Viejas utopías

A lo lejos se escuchan melodías...;

suenan palmas, guitarras y timbales

al ritmo de alegrías especiales,

y canciones de líricas poesías.

Son los ecos de viejas utopías,

que llevan en sus notas las señales

de todos los valores esenciales

forjados en el yunque de los días,

Galopa, entre dos peces estelares

y un aguador que vierte el agua viva,

un caballo con alas ejemplares;

va buscando una nueva perspectiva.

A su paso prepara al universo

para un camino nuevo, un nuevo verso.

Bum, bum, bum... (lipograma sin la letra "i")

Bum, bum, bum, ¡late corazón!, bombea

un dulce son, que dance alegremente

al recorrer las venas, y la mente

quede absorta en su canto en tanto crea.

Bum, bum, bum, cual tambor que se golpea

con un redoble a tempo, suavemente,

y lanza cada nota en el presente;

ya por el pentagrama corretea…

Recréate en el pulso del momento

y tañe los acordes paso a paso,

llenando plenamente tu contento.

No dejes el compás, no sea que acaso

el verso quede de belleza exento

y acabe relegado a su fracaso.

Buenas nuevas

Avisan del milagro a los mortales

con flautas, panderetas y violines,

algunos con trompetas y clarines,

hay otros redoblando con timbales;

los músicos celestes dan señales 

y cantan su canción los querubines,

llevan nuevas a todos los confines:

¡Ha nacido el remedio a nuestros males!

Se marcha el viejo sol hacia el ocaso;

los labriegos terminan sus labores,

y una estrella aparece, la primera,

e inicia su camino, paso a paso;

la siguen unos sabios soñadores,

la noche va cubriendo la ladera.

A veces, la noche...

La noche, con sus chispas centelleantes,
me lleva de la mano hacia mí mismo
y, absorto por su canto silencioso,
me interno en el misterio que la envuelve.

A veces, una estrella vagabunda
me atrae a los deseos camuflados
en los pliegues del alma de los sueños;
donde todo es posible con la fe.

A veces, tras la luna, hay una cara
que exhibe las pasiones de un amor
oculto entre sus cráteres oscuros.

A veces, la negrura de su alfombra
me invita a que sobre ella yo me monte
y, subido en su magia, un viaje emprenda...

A pesar de todo

A pesar de haber vivido una historia fabulosa, de haber sentido un excitante suspense y haber temblado mi alma por la emoción; a pesar de haber volado por fantasía y haber palpado la realidad en cada paso de página, en cada huella en el papel...; a pesar de todo, me sentí triste al llegar a la última palabra escrita, pues decía: Fin.