
La amistad, como el buen vino,
con el tiempo hace solera,
nos conforta en el camino
y la vida es llevadera.
Ella dice la verdad
aunque duela al escucharla,
prefiriendo honestidad
al elogio en una charla.
La amistad es lazo suave
que nos une con cariño,
abre puertas con su llave,
con una ética de niño.
Nos aleja soledades
con su afable compañía,
compartir intimidades
es motivo de alegría.
Es preciado su tesoro
muy difícil de encontrar,
es valiosa, más que el oro,
no pudiéndose comprar.
En lo bueno y en lo malo,
a tu lado está el amigo,
agradece ese regalo
pues él siempre está contigo;
y que sepa que tú estás
si precisa de tu mano,
que tú siempre vas detrás,
y te sienta muy cercano.
Mil historias compartidas
a lo largo del camino,
mil placeres, mil heridas,
paralelos al destino.
La amistad junto al amor
son dos gemas de este mundo,
pintan todo de color
y lo vuelven más fecundo.
Ella es flor de fiel fragancia
que perfuma los momentos,
y no existe la distancia
cuando median sentimientos.