Dame la mano, siéntate a mi lado...
Decorada con rosas y azucenas,
la mesa, con dos copas medio llenas
y, en el sobre, un poema enamorado.
Sabes que tu mirada me ha tocado
y corre un suave fuego por mis venas,
las horas a tu lado son amenas
y todo lo que sientes es sagrado.
Tenemos muchas cosas de que hablar
en esta intimidad que es tuya y mía,
pero, primero, vamos a brindar,
chocando en un chin-chin con poesía.
Dame la mano, vamos a cenar,
la noche no ha empezado todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario