Allá, en tierras del norte muy lejanas,
se oculta entre la bruma más espesa,
un castillo encantado con ventanas,
donde salen fantasmas por sorpresa
que vagan entre rosas y jazmines.
Se presentan, con música escocesa
seguida de tambores y violines,
dos amantes con ropas de otro mundo;
murieron por pasión en los jardines.
Al irse aquél amor en un segundo,
intentan recordar hechos pasados,
y marchan con carácter errabundo
viviendo a su recuerdo encadenados.
No pueden ascender al vasto cielo,
si mantienen los dos enamorados,
cubierta la memoria por un velo.
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