Mostrando entradas con la etiqueta Octosílabos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Octosílabos. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de abril de 2022

Sirenita, ¡que meneo!



¡Que me gustas sirenita
cuando mueves tu colita!
Con tu sensual contoneo, 
sirenita, ¡que mareo!
Ya me estas encandilando,
aunque parezca sereno.
Sirenita ¡estás bailando!,
sirenita, ¡que meneo! 

Suavemente se me acerca 
sin perder el balanceo, 
me acaricia el cuerpo entero 
y en la boca va y me besa. 

¡Que me coge por sorpresa 
y me sube hasta los cielos 
tras la estela de un lucero
con sus pasionales besos!

lunes, 19 de abril de 2021

Paisaje otoñal



Va suspirando el arrollo,
sintiendo la desnudez
de los árboles y arbustos
que miran su curso fiel;
entre un tapiz de colores
tejido en la madurez
del otoño, que  se aleja
mientras deja su embriaguez…

martes, 26 de febrero de 2019

Ser de paz y de luz




Tus pisadas no son huellas
sino estelas luminosas,
y el polvo que hay en tu senda
son partículas de estrellas
conformando nebulosas,
que ascienden como luciérnagas.
El camino tras tus pasos,
se convierte en Vía Láctea;
 la suela de tus zapatos,
con cometas libres baila;
el universo te alaba
al alejarte despacio...



jueves, 29 de noviembre de 2018

Bébeme




Bébeme en la embriaguez del ebrio amante,
bébeme en cada beso de agua-ardiente;
bébeme, disfrutando cada instante,
bébeme desde lo íntimo en tu mente.

Bébeme en cada verso del poema,
bébeme en cada paso del momento;
sorbo a sorbo, bebe lento
con pasión extrema.

Bébeme si el deseo te sofoca,
bébeme con lujuria y desenfreno,
bébeme en el venero de mi boca;
bébeme…, que tu éxtasis sea pleno.

Bébeme, en la dulzura de la miel;
bébeme como quieras, a tu modo,
absorbe cada recodo
de mi húmeda piel.

viernes, 26 de febrero de 2016

Yo quise escribir poesía...


Yo quise escribir poesía
y así me puse a versar,
buscando el ritmo y la rima
de lo que quiera expresar.
Podría hacerlo medido,
 tal vez un verso libre,
de lo que el corazón dicte
o de lo que haya vivido.
Y así, un verso y otro verso,
una estrofa y otra estrofa,
me alejaré de la prosa
y cantaré al universo.
Puedo escribir de las flores,
tal vez, también de los cardos,
del amor y sus colores
o del dolor y del llanto.
Y puedo volar sobre las palabras
con alas de pluma y viento,
dejándome llevar por el sentir,
sin pensar en lo que siento,
sin estructurar ningún verso.
Es melodía la rima
y rítmica es la medida,
pero también cierto es,
que el latir del corazón
varía con la emoción...


jueves, 18 de febrero de 2016

ME GUSTA VERTE CREATIVA


Me gusta verte creativa,
ensimismada, excitada,
esa luz que es tan activa
y que brilla en tu mirada.
Me gusta verte sonriente
haciendo composiciones,
cuando concibes silente
poesías y narraciones.
¡Me gusta verte sonriente,
en todas las ocasiones!

lunes, 25 de enero de 2016

A MI ABUELA


Su fuerza nunca reniega 
de penas y sinsabores,
ojos que vieron amores 
aunque se quedara ciega…

Se encargó de sus seis hijos 
ella sola, sin mi abuelo,
ya que él se marchó hacia el cielo 
cuando ellos eran bien chicos.

A que yo plantara un árbol
mi abuela me llevó un día,
mientras su voz me decía :
"Arbolito yo te planto…"
 Yo a la vez lo repetía…

"Arbolito yo te planto,
quisiera verte crecer,
me darás hermosos frutos
y yo los vendré a coger.
En tierra ya estás plantado,
arbolito bello y dócil,
por este pequeño niño, 
José Carlos Vara López”.

El árbol quedó plantado 
junto al calor de tus versos,
en mi interior ha agarrado 
y han brotado sentimientos.
Tú sembraste la poesía 
en mi corazón de niño,
 desde aquí, abuela querida, 
yo te mando mi cariño.
Sigo viendo tu semblante 
lleno de luz y de calma,
tu mirada, ya distante, 
ve con los ojos del alma.
No leías, no escribías, 
los poemas recitabas,
algunos de tu autoría, 
que en la memoria guardabas.
Me fascinaba escucharte, 
volaba por tus palabras,
me sonaban a puro arte 
junto al saber de tus canas.

Aunque lejos tu calor,
siguen subiendo las llamas,
sigue caliente tu amor,
 ardiendo por quienes amas.

domingo, 17 de mayo de 2015

Tú, caballo





Galopa caballo bayo,
suelta tus crines contento,
la tierra bajo tus cascos
libera tu sentimiento.
Galopa caballo bayo,
que no te amarren los sueños
en el correr de los años,
en el devenir del tiempo.

¡Tú, caballo!

¡Mira el universo!
El cielo estrellado
abarca un espacio inmenso
que ignora el humano.
¡Corre con el viento!
En libertad por el prado.

Galopa caballo bayo
por montañas y desiertos,
relincha fuerte caballo,
aleja los miedos negros.
Vive, mi caballo bayo,
trota por caminos nuevos,
la libertad es tu campo,
adelante, compañero.

¡Tú, caballo!

¡Mira el universo!
El cielo estrellado
abarca un espacio inmenso
que ignora el humano.
¡Corre con el viento!
En libertad por el prado.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Vuela un pájaro añíl




En el umbral de la aurora
al quedar sólo un lucero,
van despertando los pájaros
con sus cantos mañaneros.
Anunciando la llegada
de la luz y el nuevo día,
ya comienzan la alborada
con ilusión y alegría.
Ellos no almacenan nada,
pero no falta comida
y su hambre está bien colmada,
les alimenta la Mama.
No les preocupa el mañana
aun sin seguro de vida,
ya viven la vida sana
con intensidad y al día.
Yo les miro y me pregunto
si acaso vale la pena
tanto afanarse en el mundo,
arrastrando mil cadenas.

Planea un pájaro añil 
surcando cielos magenta.
Entre nubes de amatista
se distingue su perfil.
Abajo prados de menta 
con algún que otro jazmín.
Lleva una estrella en el pecho
y su pico es de marfil,
regala magia en el viento
navegando en su sentir.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Levedad de la pluma



Ay como sube la pluma
con la caricia del viento,
flotando suave y segura
en alas de este elemento.

Del pájaro la más leve,
de su plumaje de tiempo,
me invita a que yo me eleve
y fluya con el momento.

Ay como sube la pluma,
ligera, sin ningún peso,
quiere subir a la luna
para darle un sutil beso.

martes, 19 de junio de 2012

Caminabas bien despacio




Caminabas bien despacio
con las migas en las manos
que lentamente esparcías,
los pájaros que venían
esas migas se comían
y se marchaban volando.
Cómo te recuerdo padre
cuando se acercan los pájaros,
esos gorriones que juegan
y me recuerdan canciones
que tarareaban tus labios.
Te fuiste sin despedirte,
es algo que no me extraña,
pero me duele en la entraña
que se apagara tu voz.
Aún te llevo muy dentro,
allí donde vive Dios.





martes, 17 de abril de 2012

La lección del mar y su canto

El mar al sol se tragó,
diluyéndolo en el agua,
y busqué mi propio espacio
en la arena de la playa.
La noche llegaba rauda,
 un lucero ya asomaba,
yo con mi mente parada
y la quietud me embargaba.
Me tapé con una manta
y allí me quedé dormido,
con ensueños en el alma,
en la noche sumergido...
Ya tarde, en la madrugada,
de pronto me desperté,
el mar cantaba su canto
con su ritmo milenario...
En la playa, en la penumbra,
veo siluetas humanas,
en dos filas paralelas,
bailando una extraña danza.
Se movían al unísono,
al ritmo de la marea.
¿Qué danza es esa que bailan
esas gentes coordinadas?,
siguiendo el ritmo del mar,
cuando las olas estallan.
Adelante y hacia atrás,
se mueven acompasados;
¿será una secta secreta?
 ¿serán unos locos magos?,

¿será una danza iniciática?
¿Qué es lo que hacen esas gentes 

bajo la noche estrellada?
Observo e intento entender
que ocurre en aquella escena,
y no pudiéndolo hacer,
 me duermo sin la respuesta...
Al pasar algunas horas,
ya se despereza el alba,
el sol despunta a lo lejos
y la noche ya se acaba.
Me fijo en aquellas gentes
que a la orilla del mar danzan
al ritmo de la marea,
en tanto las olas cantan.
Y, al mirar con atención,
pronto descubro el misterio:
siluetas, danza y son,
mar y  baile milenario;
no son secta o algo mágico,
ni otras muchas ilusiones,
son tan solo pescadores
que trabajan con pasión;

tiran de una cuerda a tempo,
con talento y con esmero,
y sacan la red repleta
de peces y de otras piezas.
¡Esa danza acompasada!
con sentimiento en el alma,
¡ese ritmo y ese canto!,
para no cansarse tanto...
El mar y su gran canción
me enseñaron lo mejor,
me enseñaron la lección
del arte del pescador.


​A todos los pescadores que todavía tiran de la red,
desde la playa, antes de llegar el alba.