Venia de hablar con el sol de la vida y de la muerte, y te vi,
vi el brillo de tus ojos.
No sé si te pedí un cigarro o me pediste fuego,
solo sé que cuando me acerqué,
vibraste como una flor al contacto de la brisa
y te amé, y amé lo que se escondía tras tu mirada...
2 comentarios:
A veces nos basta solo una mirada para amar, es un sentimiento tan maravilloso con capacidades infinitas.
Felicitaciones poeta por vuestras letras profundas y hermosas
Una vez mas un placer que pases por aquí. otro mensaje que creí haber contestado,a veces pienso que hay duendes.gracias por tus palabras
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