Mística de las luces interiores
que alumbran la frontera
del prisma y sus colores.
Mis ojos se confunden con la hoguera
que incendia a mis pinceles
sutiles y sinuosos,
alquimia de sentires misteriosos
que transmuta miradas en vergeles.
Espectro del añil y el ultra-rojo
en mágica experiencia religiosa,
sublime conjunción
del color con el ojo,
de pasión peligrosa
y sagrada oración.
Funde el oro en crisol
de fuego alucinante,
y brilla más que el sol
el fulgor del instante.
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