Ay, que canta la sangre si diluye,
diluye por mis venas lo que siente;
siente que a mí te acercas lentamente,
lentamente, y por tus caricias bulle.
Bulle haciéndose fuego, cuando fluye
y fluye por mi cuerpo y por mi mente;
mente y cuerpo embriagados dulcemente,
y dulcemente influye y contribuye.
Contribuye a sentir como yo siento
y siento mariposas muy felices,
muy felices, surcando un cielo azul.
Azul es el color de aquel momento,
momento que dejó sus cicatrices,
cicatrices que guardo en el baúl.
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