He visto a los hombres suspirar y clamar en lo hondo de sus corazones, cargados de tristeza, aunque riendo a carcajadas, que aumentaban más su dolor. Caminaban cansados de sí mismos, porque llevaban demasiado, les pesaban mucho sus máscaras y costumbres; y he llorado en silencio por nuestra ruina y oscuridad... Pero en nosotros brilla una poderosa luz, que nos librará de nuestras cadenas y seremos felices. He visto la vida y la he amado, y la he glorificado por tanta grandeza; he visto mi pequeñez y he amado la humildad, y he comprendido que la humildad era grandeza.
Aunque pudiera decir palabras de la más alta sabiduría, aunque pudiera cantar la más bella canción, si tú, espíritu de verdad, consciencia de vida, no estás conmigo, si la experiencia de tu ser no está en mí, mis palabras no tendrán significado, serán palabras vacías, si tu espíritu no hace en mí obras..., realidad..., experiencia...