Vivimos en la era de la imagen,
valorando el fulgor de la apariencia;
seducidos por brillos e ilusiones,
nos vamos tras lo vano, que nos ciega,
y no vemos, por más que así miremos,
lo importante, la esencia verdadera;
pues, como dijo el sabio Principito,
se ve con otros ojos su belleza.
Los luceros del alma dentro ven,
guiados por su propia luz interna...
Mirar con las pupilas interiores,
mirar con la mirada siempre nueva,
hará que nos revele los arcanos
de la naturaleza más secreta
del amor, que es guardada en el baúl
del corazón; pues late y se refleja
su latido vibrando con la vida,
que es misterio y encierra una promesa.
2 comentarios:
Valorando el fulgor de la apariencia, esa frase ya define el poema, si, vivimos en la era de la imagen, parece ser que es lo que manda.
Bello poema, para reflexionar.
Carlos me voy a tomar un descanso, volveré después del verano, seguiré entrando para leerte, pero no comentaré, ya que lo haré a través del móvil y del movil tambien quiero descansar.
Hasta siempre amigo.
Un abrazo
Hola, Carmen. Sí, la imagen y la apariencia priman; lo verdaderamente importante no se ve a simple vista...
Disfruta del descanso, viene bien desconectar de vez en cuando; ya mismo desconecto yo, aunque ahora entro lo justo, pues la temporada de mercados para mi artesanía se acerca...
Hasta siempre, amiga.
Un fuerte abrazo.
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