Me contaron una hazaña
del tiempo Maricastaña,
tiempo de gran convulsión,
de cambio y renovación,
en el que todo ocurrió
dentro de una gran crisálida.
Se dice que era un gusano
que la tejió con su mano,
que soñaba con colores
y el aroma de las flores,
según dicen las canciones
esperando algún milagro.
Yo desde aquí lo contemplo
encerrándose en su templo…
Y, tras alcanzar la gnosis,
llegó su metamorfosis,
dejando de estar inmóvil
para volar con el viento…
Cantaba esta trova hermosa,
una sabia mariposa.
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