Llora el cielo contento
lágrimas dulces, tiernas, juveniles;
gotas con sentimiento
que, cual correveidiles,
me traen de tu paraguas los añiles...
Te recuerdo llegar
bajo la lluvia cálida de abril,
y torpe llegué a dar,
delicado y gentil,
un beso a tu sonrisa de marfil.
Caían dulces aguas
cuando ibas agarrada a mi cintura
bajo el viejo paraguas;
y el beso, por ventura,
las vestía de encanto y de hermosura.
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