Se esfuman las pisadas entre brumas
y elocuentes silencios reflejados
en las aguas del tiempo, que discurre
llevando la memoria diluida
en su esencia más íntima y veraz.
Camina, “paso a paso, verso a verso”,
por la senda del sol, hacia el crepúsculo;
sus huellas y su sombra, que atrás quedan,
se pierden devorando las distancias.
Camina y el vacío que transporta
permite que se llene de emociones,
flotando más ligero en el instante.
Cobrizos son los cantos del camino…;
doradas, las partículas de polvo…