grato es siempre el Albaicín... Carlos Elpoetaartesano Grato es siempre el Albaicín, agraciado con la Zambra y con la grandiosa Alhambra, ese granate fortín. Un transgresor de postín este enclave granadino, gregario, impar y genuino que grita a los cuatro vientos la agresión a sus cimientos y al gracejo pueblerino. José Guerrero
Grato es siempre el Albaicín...
e ingrato quien no lo crea
o es de grava su azotea
o gripa el calabacín.
Porque Granada es sin fin
de grandeza la más fiera
y lo grito ante quien quiera
y sin grímpolas lo digo
porque Granada mi amigo
es el Grial de nuestra esfera.
Merche Bou Ibáñez
Lorca, Grial de nuestra esfera,
en Granada un personaje
al que un grotesco malaje
malogró de mal manera.
Ese grajo con guerrera
acabó con su alegría,
y agravió la poesía.
Un grave error por su parte,
que quien graceja este arte
lo engrandece cada día.
José Guerrero
Lo engrandece cada día
y a Granada da coraje
ningún grotesco malaje
agriará su malvasía.
Ninguna griposa arpía
su alegría acabará.
Y esta loa agradará
pues de Granada hace arte.
Cada cual agregó parte
¡qué agrade o que no... aquí está!
José Guerrero y Merche Bou Ibáñez
¡Qué agrade o que no... aquí está!
se desgrana en cada verso...
mientras sangra el universo
en cada grito que da.
Grabado en el tiempo ya,
pervive su gran mensaje,
desafiando el engranaje
de una negra maquinaria
que agrede a la libertaria
conciencia con grave ultraje.
Carlos Elpoetaartesano A Granada y a Federico Conciencia con grave ultraje recibe toda Granada ingratamente dañada por grotesco fusilaje. Se ha perdido gran bagaje y es grave la situación lograr cumplir la traición. La grandeza hacen nacer del gran Lorca hacer crecer grito eterno en devoción Evandro Valladares Valladares Grito eterno en devoción es la gracia de un poeta que graznando su receta sangra en propia humillación. Alegre en su confusión rima con perogrullada, no sabe que voz sagrada no engrandece a lo disperso, para no gruñir al verso ¡qué se traslade a Granada! Ls Angel
Susúrrame al oído las palabras que me inspiren, despierta mi silencio con el sonido de tu voz serena, que vibre en mis entrañas tu secreto con acordes melódicos y rítmicos, haciendo que me mueva un baile nuevo. Cuéntame tus didácticas parábolas, que muestren el camino hacia universos invisibles, sensibles y sutiles; hacia puertas de mundos paralelos… Siséame esos sueños sosegados surgidos de sublimes sentimientos, vestidos de poéticas metáforas creadas por la magia de tu verbo. Sedúceme con sabias paradojas, con signos y alegóricos consejos. Traspasa con tus rayos refulgentes mis carnes, mis arterias y mis huesos; transmuta este vulgar metal en oro vivo, transforma todo, hasta los tuétanos…
¡Ay!, sirena, echo de menos tus versos de espuma blanca, escritos en fina arena, cuando la marea baja. Añoro tus versos niña de delicada fragancia, que penetren mis sentidos con húmedas rimas de agua. Extraño tu poesía, apasionada y tan mágica, seduciendo con su encanto y melódicas palabras... Esas rítmicas estrofas que me acarician el alma con su cálida cadencia, en tu más íntima cala, las echo de menos, niña, echo de menos su plática, cuando la tarde se duerme y la luna se levanta. Quiero escuchar tus canciones junto al mar, con luz de plata, y que tus labios susurren a mis oídos baladas; mientras brillos marineros relucen en tus escamas y un gran coro de delfines corean entre las algas. Echo de menos tus versos, en el vaivén de mi barca y el arrullo de las olas, cuando tu voz por mi pasa.