La voz que grita en el desierto, suena
con la fuerza del viento que la porta;
a los mudos silencios ella importa;
resuena en cada grano de la arena.
Es el clamor de un llanto, de una pena,
de un añejo quebranto, que transporta
un mensaje y a todos nos exhorta
a librar al amor de su cadena.
Viaja entre los pliegues de las dunas,
buscando el corazón de los humanos;
tratando de saciar nuestras hambrunas.
Se escucha en los rincones más lejanos,
usando las palabras oportunas;
sentencias del mayor de los arcanos.