Rosa de mis vientos fuiste,
brújula de mis libres pasos,
marcando un horizonte de sueños,
mapa de mis indecisiones
repleto de sendas y caminos.
La sonrisa en tu mirada
fue faro de mi navío sin rumbo,
y tus besos, puerto para mis ansias.
El aroma de nuestro amor
fue fragancia de rosas,
de esas rojas y olorosas.
Luego vinieron las Espinas
con sus cuerpos punzantes,
arañando emociones,
pinchando sentimientos.
Vino la niebla de las dudas
ocultando certezas
y el horizonte se hizo invisible,
opaco a las caricias.
Y aquí estoy, sin rumbo
y más perdido que nunca.
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