Mis ojos lloran lágrimas cansadas,
son dolores que oprimen el costado,
tristezas que en mi ser se han instalado,
melancolías negras, no olvidadas.
Gotas de mar, pequeñas y saladas,
recorren mis mejillas, apenado
las dejo deslizarse; desdichado,
por sentir mis entrañas desgarradas.
Agua cordial que lava mi cabeza,
que, manando, me alivia la tristeza.
Son suspiros, que riegan secas flores,
de viejas ilusiones ya marchitas,
plañir del funeral de mis amores,
medicina de penas infinitas.
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