Gracias, Luisa Gómez Borrell
Calma,
la tarde se duerme
en
la cala de los sueños,
el
sol se esconde despacio
detrás
de montes serenos;
y, en las aguas del crepúsculo,
se
balancea un velero.
La
brisa pinta las olas
con
tornasoles reflejos,
y
se escuchan los susurros
de
marineros “te quieros”,
que
me evocan tu mirada
y
ese vaivén de tu cuerpo.
Calma,
la tarde se duerme,
mas
se despierta el recuerdo,
mientras
me tomo un café
en
un bar cerca del puerto,
con
él dibujo este instante
en
el papel del silencio.
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