Llegaste con la magia de tus ojos
envuelta con sonrisas,
y abriste mis cerrojos
muy despacio, sin prisas.
Venías de otros mundos
cantando las canciones de las flores,
danzando con el viento,
con sutiles colores,
¡como el hada de un cuento!
Tuvimos experiencias luminosas
al filo del abismo de la vida,
dormimos sobre pétalos de rosas,
viviendo una pasión desconocida.
Bebimos de las fuentes del placer,
a sorbos, los instantes,
bebimos y volvimos a beber,
saciándose la sed de dos amantes.
Mas, mirando en la bola de cristal,
una vieja gitana
vio un oscuro final;
una historia especial, sin un mañana,
saliendo de su boca un mal presagio...
Te fuiste de este mundo en un cometa
dejando en soledad a este poeta.
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