Es
mi Carmen poeta malagueña
que
pinta los poemas con vestidos
de
cola con lunares, con latidos
que
llevan en la sangre fuego y leña.
El
duende la ha tocado con su dedo
y
la magia discurre por su pluma,
subiendo
su lirismo como espuma,
con
coraje pues no conoce el miedo.
El
arte por sus venas corre libre,
los
flamencos le rinden pleitesía
dejándole
oblaciones y claveles.
Mi
Carmen es un dulce de jengibre,
tiene
garra y te agarra su poesía,
haciendo
que se ericen nuestras pieles.
2 comentarios:
Hermoso homenaje para una bella poeta.
Me salía otra entrada pero no la veo.
Besos.
Gracias, María.
Subí una por error y la quité, quizás sea eso.
Besos, poeta.
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