Los rayos zigzaguean en su vuelo
cuando Júpiter lanza sus enojos,
y salen disparados de sus ojos,
que tienen la mirada como el hielo.
.
Las nubes con un gris de terciopelo
se enfurecen al soplo y los arrojos
de Eolo, y se perfilan tenues rojos,
cubriendo el horizonte con un velo.
.
Los dioses manifiestan su poder
y tiemblan, del Olimpo, los pilares;
cual la gresca que tengo yo en el alma.
.
Se mueven los cimientos de mi ser
y sube el oleaje de mis mares,
mas "tras la tempestad llega la calma".
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