El Órbigo discurre tiritando...;
la nieve ha dibujado en su ribera
estrellas congeladas blanquecinas
que cubren las pisadas de la senda.
Los verdes de sus aguas se confunden
con el lila y el blanco que reflejan;
llevando en su corriente diluidos
sonidos y murmullos de la tierra.
Paseo por su orilla, silencioso,
y los copos me caen en la cabeza…;
sintiendo cada instante, cada paso;
rodeado de albura y de belleza…
2 comentarios:
La descarnada belleza del invierno reflejada en unos bellos versos-estos sí-cálidos y acogedores.
Saludos.
Gracias, Joaquín, por tu huella.
Saludos.
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